
Con Plan +Pescao, C.R.A. refuerza acciones para conservar el recurso hidrobiológico del Atlántico
La Corporación Autónoma Regional del Atlántico -C.R.A. socializó la nueva fase del Plan +Pescao, una estrategia ambiental de restauración ecológica desarrollada en articulación con la Gobernación del Atlántico, la AUNAP, el Ejército Nacional y la Federación de pescadores, que en el año 2025, contempla la siembra de 1,5 millones de alevinos de Bocachico en el embalse El Guájaro.
Esta iniciativa, que responde a las necesidades expresadas por comunidades pesqueras locales, busca proteger la biodiversidad, restaurar el equilibrio ecológico de humedales estratégicos del Departamento y garantizar el acceso sostenible a recursos pesqueros, como parte de un modelo de soluciones basadas en la naturaleza.
“El Plan +Pescao es una herramienta clave para enfrentar la degradación de nuestros ecosistemas acuáticos y la pérdida de especies nativas, generando un modelo colaborativo de alianzas entre instituciones y comunidades que reconoce el valor de nuestros recursos naturales y promueve su conservación a largo plazo”, señaló el director de la C.R.A, Jesús León Insignares.
Un modelo de restauración ambiental
Desde su creación en 2020, el Plan +Pescao ha permitido la siembra de más de 38 millones de alevinos, especialmente de especies nativas como lisa, lebranche, anchova, robalo, sábalo y bagre, en ecosistemas hídricos críticos como el sistema del Bajo Magdalena, y las ciénagas de Luruaco, Tocagua, El Rincón (Lago El Cisne) y El Uvero; esta última reconocida como sitio RAMSAR por su importancia ecológica internacional.
Estos cuerpos de agua, claves para la conectividad ecológica y la reproducción de especies migratorias, han sido severamente afectados por fenómenos como la sobrepesca, el uso de artes ilegales, la introducción de especies exóticas y la obstrucción de canales naturales, lo que ha llevado a una pérdida crítica de biomasa pesquera y biodiversidad.
La Subdirectora de Gestión del Riesgo y Cambio Climático, Ayari Rojano, explicó que el bocachico es una de las especies con mayor grado de vulnerabilidad por su alto aporte a la pesca comercial y de consumo.
La pesca total de esta especie en el Magdalena descendió de 38.000 ton en 1978 a solo 6000 ton en 1999, lo que en términos porcentuales corresponde a una pérdida del 84%. Desde entonces las poblaciones no han logrado recuperarse y su captura anual ha oscilado entre tan solo 3.000 y 7.000 ton.
La siembra de peces no solo impulsa la recuperación de poblaciones ícticas nativas, sino que también refuerza los servicios ecosistémicos asociados a los humedales, como la purificación del agua, la regulación del clima y el sostenimiento de cadenas alimenticias, beneficiando directamente a más de 3.000 familias de pescadores en municipios como Repelón, Luruaco, Sabanalarga, Manatí y Piojó.
El Plan +Pescao es un ejemplo de gobernanza ambiental participativa, en el que confluyen los esfuerzos de entidades públicas, organizaciones comunitarias y autoridades ambientales en torno a un objetivo común: la conservación de los ecosistemas acuáticos del Atlántico y la garantía de un futuro sostenible para las generaciones actuales y futuras.