LLUVIAS CAMBIARON MAPA DEL PAÍS EN LA COSTA NORTE
Decenas de pueblos del norte de Colombia han desaparecido literalmente bajo las aguas a causa de las fuertes lluvias que han transformado el mapa de esas regiones y que hasta hoy han dejado 262 muertos, 70 desaparecidos y casi dos millones de damnificados en todo el país.
Colombia, Diciembre 15 de 2010. Las peores precipitaciones que se recuerdan en la historia de Colombia han causado sólo en el Atlántico destrozos por unos 10 billones de pesos. La gran inundación en el Atlántico comenzó el 30 de noviembre, cuando se abrió un boquete de 214 metros y al menos 12 de profundidad sobre uno de los márgenes del Canal del Dique, lo que provocó un caudal de agua de unos 1.700 metros cúbicos por segundo.
Ese caudal formó un gran lago de al menos 600.000 hectáreas en unas tierras que hasta hace sólo dos semanas eran utilizadas para el cultivo de maíz, yuca y plátano, así como para la ganadería. Municipios como Manatí, Campo de la Cruz, Santa Lucía, Repelón, Candelaria, Bohórquez y decenas de corregimientos están totalmente anegados y muchos otros como Ponedera, Sabana Grande, Puerto Giraldo están amenazados con una inminente inundación, ya que el nivel de las aguas del río Magdalena, el más caudaloso de Colombia, sigue subiendo.
Carreteras principales como la Oriental, que une Barranquilla con el centro del país, o la Cordialidad, que comunica esa ciudad con Cartagena de Indias, están inundadas al punto que los campesinos pescan sobre el asfalto; mientras que otras intermunicipales han desaparecido, lo que ha dejado a la zona incomunicada por vía terrestre.
Se trata de una tragedia anunciada por la ineficacia de los sistemas de prevención y porque no se acataron las recomendaciones previas, como el dragado del Magdalena, revelaron los habitantes. A esto se suman prácticas no controladas ni reguladas como la ganadería y agricultura extensivas que han modificado los cauces naturales de los caños y ciénagas que otrora servían para controlar las crecientes durante el invierno.
El panorama es dramático, muchos campesinos que alcanzaron a huir de la inundación y salvar sus enseres lo hicieron hacia Barranquilla y municipios en tierras altas, pero los más pobres se hacinan en improvisados campamentos construidos con plásticos.
Además del drama de moverse hacia lugares inciertos, estos campesinos han perdido a sus animales; las reses, que valían 1.300.000 pesos, se venden a precio de ganga, lo que aprovechan los compradores oportunistas. Y quienes no han querido trasladarse a los albergues no acceden a la comida, medicina y ayudas.
En el caso de Santa Lucía, municipio cercano al lugar donde se abrió el boquete del Canal del Dique, sus diez mil habitantes iniciaron un éxodo masivo.
Y en la zona de emergencia que se extiende a los vecinos departamentos de Bolívar, Sucre y Magdalena hay graves problemas de salud derivados por la contaminación de las aguas, así como por la muerte de animales silvestres y de pastoreo muertos por ahogamiento.
Los departamentos más afectados, además de Atlántico, con más de 75.000 damnificados, son Bolívar (387.510) y Magdalena (277.716), todos ellos en este nuevo norte de Colombia que ya tiene un mapa distinto tras la desaparición de pueblos enteros.
Fuente: www.vanguardia.com