Comunidades muestran actividades económicas sostenibles en las áreas protegidas del Atlántico
El Bosque seco tropical, vegetación predominante en las áreas protegidas del departamento del Atlántico provee un sin número de bienes y servicios ambientales que muchos desconocen, además que posee una importante fauna silvestre que allí habita, manteniendo un equilibrio ecológico.
Por lo anterior, la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, C.R.A en aras de destacar el aprovechamiento sostenible que hacen las comunidades de las áreas protegidas del Atlántico, promueve los días 24 y 25 de noviembre, la primera Vitrina Verde del Atlántico, que se llevará a cabo durante los dos días entre las 8 de la mañana hasta las 5 de la tarde en la sede de la Corporación, calle 66 No 54-43, con entrada libre al público en general.
El espacio busca impulsar el aprovechamiento sostenible y la industria creativa, generando un sentido de pertenencia y compromiso por la preservación de los recursos naturales, a partir de la elaboración y comercialización de productos hechos en fibras naturales como la Enea y el Junco, con los cuales elaboran esteras y tapetes, entre otros productos. Las comunidades mostrarán excelentes piezas artesanales disponibles para el público.
Durante la feria, los asistentes encontrarán atractivos productos como plantas ornamentales, plantas medicinales, estibas, mecedoras, puff y bancos elaborados en fique, accesorios para hogar, bandejas, vineras, adornos elaborados en llantas, conservas de frutas y productos de pan coger como yuca, maíz, ahuyama y huevos criollos.
Cabe recordar que el Atlántico cuenta con tres áreas protegidas declaradas por la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, las cuales suman 2.913 hectáreas para la conservación del bosque seco tropical, uno de los ecosistemas más amenazados a nivel y mundial.
El Distrito de Manejo Integrado DMI Luriza, ubicado en el municipio de Usiacurí, cuenta con 837,17 hectáreas y en ella habita una comunidad conformada por 15 familias, con las cuales se desarrollan proyectos como viveros de especies nativas, a través de los cuales hacen la recolección, siembra de semillas, mantenimiento de las plántulas y jornadas de reforestación para la restauración de especies amenazadas de la zona.
La Reserva Protectora Rosales, se encuentra ubicada en el municipio de Luruaco, cuenta con 1304, 5 hectáreas y en ella se encuentra el mono Titì cabeciblanco, especie endémica y en peligro crítico de extinción. En esta área protegida se desarrolla el programa de huertas caseras, dirigido a 25 unidades familiares de la comunidad de los límites y San Juan de Tocagua, el cual incluye la siembra, monitoreo y asistencia técnica de hortalizas para la seguridad alimentaria como estrategia de mitigación a las intervenciones negativas hacia el bosque seco tropical.
La tercera reserva forestal protectora es El Palomar, que se encuentra ubicada en el municipio de Piojó, cuenta con 772,3 hectáreas. En esta área protegida se realizan alianzas de conservación para garantizar alimentación de especies de la zona, dirigido a los propietarios de fincas con disponibilidad de tiempo y compromiso, incluye actividades de limpieza, entrega de algunos insumos, monitoreo y asistencia técnica de siembras de hortalizas como estrategia de mitigación a las intervenciones negativas hacia el bosque seco tropical.